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Grandes retazos de literatura: Microrrelatos

Por qué los microrrelatos son un buen alimento para una novela

Últimamente me estoy acostumbrando a escribir microrrelatos para Twitter. He pensado que es la mejor manera de darle utilidad a esta red social que me cuesta tanto entender.

Desde siempre, el arte literario con el que mejor fluyo es con los relatos cortos o cuentos. Y aunque mis aventuras más recientes y excitantes las llevo a cabo a través de la novela (Publicada mi querida De espaldas al mar y en proceso la segunda, Deja que arda) tengo que reconocer que escribir esos retazos – delicatessen como yo los llamo- son un reto que todo escritor que se precie debe disfrutar.

Además, son un excelente motor para empezar una novela o iniciar un capítulo, adornar un párrafo, por ejemplo. Por lo menos en mi experiencia y entender.

Son inspiradores por la tremenda dificultad que, en mi caso, genera el tener que plasmar una idea, situación, descripción, etc, con el mínimo de palabras posibles.

La mejor definición de microrrelato es: narración de extensión muy corta.

MICRORRELATOS

¿Quieres probar tú también a escribir alguno?

Lee antes estos consejos breves:

  • Sé breve 🙂
  • Sé conciso, ve al grano.
  • Experimenta. El microrrelato acepta distintos géneros literarios.
  • Utiliza la elipsis. Aquí no hay espacio para crear un inicio, un nudo y un desenlace.
  • Deja que el lector se impacte, a través de un texto original, con fuerza y que le permita imaginar.
  • No te olvides de ponerle un título.

Aquí os dejo algunos ejemplos de los que he publicado. Espero que os gusten.

RETAZOS LITERARIOS

Me han dicho que lleva clavado en sus ojos mi dolor. He seguido su rastro, buscando el perfume que deja su boca en mi cuello desnudo. Le he sorprendido en la caricia a otro rostro. Sus ojos verdes han vuelto a brillar, igual que mi corazón, liberados del peso del engaño.

Final feliz

Deseaba matarle. Se acercó por detrás a la figura borrosa que le mostraban sus miopes ojos. Él giró todo su cuerpo intuyendo su presencia y sonrió a Sabina. Ella soltó el cuchillo en su bolsillo y sin darle tiempo a reaccionar lo besó con descaro y suplicó perdón.

Deseos

Aún recuerdo su rostro. No más su nombre. Me robó la peca que bailaba sobre su hombro, mordida y cómplice de mi excitación. Igual que la mancha de carmín en el vaso. El labio de tibio ron añejo. El andar con el perfume eterno de lo que ya es olvido.

Su nombre es ayer

Gracias por leerme, enamorado de la literatura.

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